Saturday, July 28, 2012

ZANZIBAR

11.07.12 - 19.07.12

Zanzíbar, isla de postal

ZANZÍBAR

Famosa isla en la costa este de Tanzania (nombre que el país adquirió en 1964 con la unión de Tanganika y Zanzíbar) a la que llegamos tras más de 34 h de viaje, completamente rotas y con ganas de tirarnos en una de esas playas de fina arena blanca y aguas turquesas de postal, pero, como aterrizamos con más de 2 h de retraso, tuvimos que cambiar los planes y coger un taxi a Stone Town, capital de la isla que resultó ser una preciosa cuidad colonial llena de callejuelas flanqueadas por edificios de piedra de paredes desconchadas frente a los cuales pasean los fotogénicos lugareños: mujeres con faldas y pañuelos de vistosos colores, hombres con togas blancas, jóvenes super fashion, masais que aprovechan el verano para trabajar con los turistas aquí y ganar algo de dinero… una auténtica pasada de lugar, que me recuerda un poco a Marruecos en algunas cosas, y es que hay una gran variedad de culturas que se entremezclan en esta isla que, durante siglos, fue el centro de las rutas comerciales marinas. 
 Stone Town preciosa ciudad colonial, muy tranquila y llena sonrientes lugareños que suelen moverse en bici.

Una suerte en realidad, porque llegamos justo durante el ZIFF (Zanzíbar International Film Festival), y al salir a pasear nos encontramos con que cada tarde el antiguo fuerte de Stone Town se llena de gente que va a ver películas y documentales africanos que echan en una pantalla al aire libre y que suelen ir seguidos de una charla por el director, para dar paso por la noche a conciertos de grupos variados. Así que, a pesar del cansancio que llevábamos encima del viaje, no pudimos evitar, tras cenar en los puestos de barbacoas de marisco que llenan el paseo marítimo que hay frente al fuerte, entrar a ver los conciertos de la noche y…. FLIPAMOS, de verdad.

Tímidas niñas musulmanas, religión principal de Zanzíbar.
El primer concierto era de una banda de mujeres que tocaban Taarab, música tradicional del lugar a base de acordeones, violines y hasta tambores, una mezcla algo curiosa que me recordaba un poco a la música de los Balcanes. Interesante, sí, pero nada como el segundo concierto, de Shilole, una banda que nos dejó sin habla, no por los 2 chicos que cantaban junto a una loca de pelo morado y vestido indescriptible, no, sino por las 3 chicas que bailaban algo que debe ser típico de aquí y que en las discos de occidente causaría auténtico furor: el baile del culo. Sí, las chicas se ponían de espaldas al público y el culo parecía que tuviera vida propia, mamma mía qué manera de menearlo, algo fuera de lo normal, super sensual, super sexual, tanto que tuvieron que venir los guardas de seguridad a contener a los chicos del lugar que se estaban poniendo fatal, claro que no me extraña porque de verdad que jamás he visto algo igual, vamos a tener que aprender chicas.

Concierto de Shilole, donde las chicas se dedican a ponerse de espaldas al público y menear el culo de manera absolutamente increíble.

A pesar de las numerosas invitaciones de los simpáticos lugareños para fiestas de reagge a las que ir tras los conciertos, después de ya no recuerdo ni cuánto tiempo sin dormir, decidimos ir al hostal para, al día siguiente, coger un shared taxi a las famosas playas del norte de la isla. Más de 3 h estuvimos buscando alojamiento en Kendwa, porque la reserva que hicimos en el famoso Kendwa Rocks había desaparecido… al final nos fuimos desesperados porque lo único que quedaba era super caro (¡¡¡unos 80$ la doble!!!) y lo cierto es que fue lo mejor que nos pudo pasar, porque acabamos en Nungwi, un pueblecito a unos 3 km de Kendwa, donde, además de los resorts que pueblan esta última, hay un pueblo con lugareños y vida local: tiendas, restaurantes a precios del pueblo, pescadores que cada día salen con sus veleros a pescar, las mujeres que les esperan ansiosas en la playa al atardecer sentadas sobre enormes cubos que llenar de pescado, niños que salen de la escuela corriendo a jugar y bañarse en la playa… en fin, vida “real”, que es lo que a mi me gusta, y no meterme en un resort lleno de turistas millonetis que sólo se diferencia de otros situados en otras playas a lo largo del globo por el color y acento de los impecables camareros que atienden los bares de peli. No, me quedo con Nungwi un millón de veces antes que con Kendwa, no sólo por la vida local que tiene, sino porque además es mucho más asequible en precio por un alojamiento mejor: la puerta de nuestra habitación se abría directamente sobre la playa, caminábamos unos 10 m y nos bañábamos en aguas transparentes bajo las cuales se veían hasta las estrellas de mar. Una pasada de lugar en el que hicimos un grupo de amigos y acabamos quedándonos bastantes más días de los planeados.
 Pescador con los aparejos tras la jornada de pesca.

El sábado fue la famosa Full Moon Party en Kendwa Rocks, a la que fuimos bien provistos de alcohol y… bueno, lo pasamos bien, pero flipamos porque había que pagar para entrar (¡¡¡habían acordonado la playa!!!) y era el mismo precio para los extranjeros que para los lugareños, lo que hacía que éstos escasearan. La verdad es que el lugar es ideal: playa de arena fina, hamacas por todas partes, sillones alrededor de hogueras, varias barras de madera, una pista de baile llena de luces… super chulo, pero no me gusta sentirme como parte de los colonos de la jet set, no es mi estilo. Así que aproveché para bailar como una loca y hacer algo de acrobacias con los pocos lugareños que había y que se pusieron a hacer break dance en la pista, muy divertido. Al final nos fuimos cuando nos echaron, bastante borrachines tras bebernos MAYANGA el “ron local” (que venden en útiles bolsitas de 100 mL) y decidimos, ante la perplejidad de un holandés algo tímido, despejarnos disfrutando de un baño en bolas bajo la luz de las estrellas del hemisferio sur y en el que flipamos porque descubrimos de pronto que según te movías ¡¡¡salían lucecitas del agua!!! Y no, no era el pedo que llevábamos, no, sino el plancton iridiscente que puebla estos mares, algo increíble de ver.
De fiesta en Kendwa
Además de relajarnos en las increíbles playas, bañarnos en el precioso mar de azules turquesas y hacer miles de fotos, aprovechamos para hacer un par de inmersiones de buceo, y es que Zanzíbar es famoso por su arrecife de coral, que no está nada mal la verdad: tortugas, mantas y muchos peces tropicales de esos que salen en la peli de Nemo, aunque no es tan impresionante como otros lugares donde he buceado.
Niñas en la playa de Nungwi.

Eso sí, debo decir que el “Spanish dancers divers” se portó de puta madre tanto a la hora de lograr que Miris disfrutara de su bautismo, a pesar de que tenía algo de miedo, como a la de ayudarme a buscar a alguien que se había llevado mi cartera… ¿por equivocación? me cagué en todo, porque tenía pasta y las tarjetas y el carnet de conducir y viajar 5 semanas más sin nada es un movidón, así que pasamos el día entero haciendo de Sherlock Holmes, buscando a todos los que habían buceado con nosotros para ver si alguien se lo había llevado sin querer… removimos mar y tierra, les seguimos la pista uno tras otro, fuimos hotel tras hotel, llamamos por teléfono a sus familiares en Chile y Sudáfrica, les mandamos mails por Internet y pasamos horas tras el esquivo Sangil Go, un coreano al que nunca encontré pero que perseguí por todo Kendwa con la ayuda del encantador Filip, un recepcionista del hotel donde se alojaba hasta esa mañana que me ayudó a buscar por las playas e incluso en skype y Facebook… desesperación total, la verdad, porque incluso nos quedamos fuera de la habitación, tuvieron que llamar al cerrajero para que abriera nuestra puerta, y estuvimos buscando sin parar hasta las 12.30 de la noche cuando, ya rota, me fui a dormir con la esperanza de que la cartera apareciera y, de pronto, al día siguiente, me llamaron del diving centre para darme la super noticia de que los sudafricanos (a cuyo taxi habíamos llamado la mañana anterior cuando tras el buceo salieron corriendo del camino de las playas del este) la habían encontrado y venían en taxi desde el otro lado de la isla a traérmela ¡¡¡ALELUYA!!! Esta cartera parece que tiene una unión mágica conmigo, porque en navidades en Senegal también, tras perderse, volvió a mi.


Pescadores faenando en el mar revuelto, Nungwi.
Tras varios días de relax en Nungwi nos volvimos a Stone Town, donde decidimos seguir ruta y marchar de la isla a pesar de que nos podríamos haber pasado allí tranquilamente 1 mes recorriendo la costa este y los pueblos del sur, bañándonos con delfines, viendo sus selvas, alquilando una moto… pero, como tendremos que volver a Zanzíbar a coger el avión, preferimos no apalancarnos. 
Carro de bueyes en algún lugar de la tropical isla
Y, como ocurre a menudo cuando viajas, a pesar de haber tomado la decisión de marchar, al final pasamos casi 2 días más en Stone Town porque el mal tiempo en el mar hizo que un ferry con 185 pasajeros se hundiera, estableciendo el caos en la ciudad: equipos de rescate, los ferries varados, la armada por todas partes, los lugareños ayudando como podían, cuerpos que iban llegando a la playa, el hospital lleno… un auténtico desastre que nos dejó tocadas y algo asustadas, porque teníamos que coger el mismo tramo al día siguiente… en fin, también hay accidentes de coche todos los días y no por ello dejas de conducir, así que decidimos que marcharíamos según el plan, por ferry, sobre todo cuando nos explicaron que el problema es que algunos son muy antiguos y las empresas untan a las autoridades para que den el visto bueno a estos barcos en mal estado y luego se hunden con cientos de personas dentro, joder es increíble ¿es que no vale nada la vida de la gente o qué? Al parecer van unos 4 accidentes desde el año pasado, cientos de muertos, pero no hay que asustarse, como turistas basta con coger los ferries nuevos, que son más caros, y así evitar problemas. 

Servicios de emergencia en el puerto de Stone Town.

A pesar de todo, debo reconocer que el viaje que hicimos de Stone Town a Dar es Salaam al día siguiente fue bastante tenso por el intenso oleaje y el recuerdo de los buzos que, justo antes de subir al ferry, vimos cómo aún sacaban más cuerpos del agua. Muy triste, sí, pero como dicen ellos “such is life” así que ante situaciones como estas te das cuenta de que efectivamente NUNCA sabes lo que te va a pasar mañana, la vida es muy corta, DISFRUTALA.


Mujeres mirando al mar a la espera de noticias del ferry hundido.
Curiosidades:

Siempre me sorprenderá la forma en la que las mujeres africanas son capaces de llevar lo que sea sobre la cabeza sin que se les caiga: cubos llenos de agua, de frutas, maletas... lo que sea. 




Esperando a coger el ferry

6 comments:

Anonymous said...

Jolin, que sitio tan paradisiaco, que gusto poder estar alli unos diitas, no lo he terminado de ver todo pero me apetecia ponerte una cosita. Te quiero preciosa, pasadlo bien y seguid disfrutando todo lo que podais, eso si con cuidado!! quien soy??? pues Mamusina. Un millon de besos

Anonymous said...

Guapa! aqui susana de barcelona. Nos conocimos en las toggean.sabes que no nos hemos encontrado en nunguy por casualidad? hemos estado ahi pocos dias despues de ti... justo al inicio del ramadan

yaiza said...

¡¡¡Mami!!!
como siempre te echo mucho de menos, espero que todo vaya bien y no te preocupes que siempre disfruto de todo y que nunca tengo cuidado, jajaja :-)

yaiza said...

¡¡¡Susana!!!
qué fuerte, hace mogollón ya de aquellas preciosas islas, habría sido super divertido encontrarnos en Nungwi, me descojono.
Por cierto, saqué el advance de padi en borneo el año pasado y ahora aproveché zanzíbar para bucear un rato, vosotros seguís con el buceo?
Cómo va todo???
Mil besos guapa! manda un mail y me cuentas
muakkkkkk

Anonymous said...

Ya se que nunca tienes cuidado , desgraciada!!! tu quieres que a mi me de un infarto y heredar!!!!jajajaja
te quiero corazón. Besos infinitos

susana said...

Yaiza...rescuer dame tu mail o facebook!!! Q a saber donde lo tengo. El mio es hotmail.com.
Es q estoy flipando por estáis haciendo exactamente nuestra ruta, y no es una ruta nada común. Iros a Quirimbas en Mozambique!,,